La degustación de vinos a menudo se percibe como un ejercicio inaccesible, pero la cata de vinos es una actividad muy gratificante para nuestros sentidos. En este artículo vamos a contarte algunos trucos para aprender a catar vinos.

No hay una forma s correcta que otra de probar un vino. Lo que sí que hay, es una forma formal de probar el vino. Una guía que nos ayuda a identificar algunos aspectos concretos del vino.

Los 4 trucos básicos para aprender a catar vinos

Antes de nada, es importante tener en cuenta nuestro alrededor. Hay que tener en cuenta que una simple olor de perfume puede desvirtuar el olfato y hacer que no se perciban correctamente las aromas del vino.

La temperatura del vino también puede afectar a las percepciones que puedas tener sobre el vino. Igual que la edad del vino y cualquier sabor residual de algo que hayas comido anterior a la cata.

Paso 1: Mirar

El primer paso que abre la cata del vino, es examinar visualmente el vino dentro de la copa. Hay que observarlo desde diferentes puntos de vista, cada uno nos aportará una información diferente.

Ángulo recto

Primero, mira directamente hacia abajo en el vaso y luego coloca la copa cerca de un punto de luz. Esto te permitirá ver la gama completa de colores del vino.

Vista lateral

La claridad o la falta de ella en un vino nos ayuda a identificar dos aspectos. Por una parte, un vino turbio que indica problemas químicos o de fermentación. O si resulta que es un vino claro y brillante, será buena señal.

Vista inclinada

Inclina la copa para que el vino se concentre hacia el borde. Si el vino es pálido y acuoso cerca del borde, sugiere un vino insípido. Si el color es rojizo o marrón es un vino viejo.

Remover la copa

Finalmente, remueve con energía la copa. Para facilitar los giros y que el vino no salga de la copa mantén la copa firme sobre una superficie plana.

Con este movimiento observarás si el vino forma “piernas” o “lágrimas”. Los vinos con buenas piernas son los que tienen, principalmente, más alcohol. Este aspecto nos indica que es un vino maduro y denso, en comparación con los no que dejan estos rastros en la copa.

Paso 2: Oler

Antes que el vino nos llegue a la boca, es interesante utilizar la nariz, el olfato. Dale un giro al vaso, pero no pongas toda la nariz en su interior. Toma una serie de oleadas breves y rápidas, luego aléjate y deja que la información llegue a tu cerebro.

Con este paso podemos detectar defectos del vino, como por ejemplo, el olor a vinagre que indica VA (acidez volátil). Pero también sirve para descubrir las virtudes del vino; las fragancias frutales o florales que puede desprender un vino. Tan importante es una como la otra.

Paso 3: Probar

¡Por fin es hora de probar el vino! Toma un sorbo de vino en tu boca, se recomienda que no sea muy abundante, e intenta chuparlo como si tuvieras una pajita y, sobretodo, ¡concéntrate!

Ahora, con las papilas gustativas podemos determinar otras cualidades del vino. Como por ejemplo, si es un vino equilibrado, armonioso, complejo, evolucionado o completo. Además, también podemos acabar de confirmar las fragancias frutales o florales, que hemos identificado en el paso anterior, con el olfato.

Paso 4: Conclusión

Son muchas las sensaciones que percibimos en una cata de vinos, por eso debemos tener un momento para asumir todo ello y evaluarlo racionalmente para sacar tus conclusiones.

Tomar notas de la cata es muy útil. Nos ayudará recordar todo lo que hemos percibido en los pasos anteriores, así poder hacer un buen análisis final y útiles para una próxima cata.

Siguiendo estos 4 trucos básicos cualquiera puede probar el vino, todo lo que necesitas es una copa de vino y ¡tu cerebro!

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